lunes, 23 de abril de 2012

Obsolescencia programada

Se denomina obsolescencia programada a la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio; de modo que tras un período de tiempo calculado de antemano (por el fabricante o por la empresa de servicios) durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.

El origen de la obsolescencia programada se remonta hasta 1932 donde Bernard London proponía terminar con la gran depresión a través de la obsolescencia planificada y obligada por ley (aunque nunca se llevase a cabo).
Sin embargo, el término fue popularizado por primera vez en 1954 por Brooks Stevens, diseñador industrial estadounidense.

El potencial de la obsolescencia programada es considerable y cuantificable para beneficiar al fabricante, dado que en algún momento fallará el producto y obligará al consumidor a que adquiera otro satisfactor, ya sea del mismo productor o de un competidor.
Para la industria, esta actitud estimula positivamente la demanda.
La obsolescencia programada se utiliza en gran diversidad de productos. El ejemplo más famoso es la bombilla.

lunes, 16 de abril de 2012

La huella ecológica del hombre

Este documental hace una reflexión sobre el concepto de huella ecológica.

Todos los seres humanos, plantas y animales del planeta requieren de alimento, energía y agua para crecer y vivir. En el caso del hombre, la cantidad de recursos que utiliza depende de su estilo de vida.

Se conoce como huella ecológica al impacto de una persona, ciudad o país, sobre la Tierra, para satisfacer lo que consume y para absorber sus residuos.

La huella ecológica es muy desigual, como ejemplo tenemos las 0,9 hectáreas para un indio, 9,7 hectáreas si vives en EE.UU. y 5,7 hectáreas en el caso de los españoles, siendo España el duodécimo país con mayor huella ecológica en el planeta.

lunes, 9 de abril de 2012

Comentario documental redes

El documental trata sobre la capa de ozono, el calentamiento global y el efecto invernadero.
Mario Molina, premio Nobel de Química en 1995 por su investigación sobre la acción de los CFCs en la capa de ozono, explica la situación.
En 1995, se prohibió en Europa la fabricación de los famosos CFCs (cloro-fluoro-carbonos), los compuestos sintéticos que demostraron ser extremadamente nocivos para la protectora capa de ozono de la estratosfera. Otras muchas sustancias siguen amenazando hoy el clima del planeta, y la prohibición de los CFCs fue solo un granito de arena en la escalada humana por disminuir los niveles de gases y actividades causantes del calentamiento global.